Comentario 'El hijo de la lavandera' - Ana María Matute

Cuento:
Al hijo de la lavandera le tiraban piedras los niños del administrador porque iba siempre cargado con un balde lleno de ropa, detrás de la gorda que era su madre, camino de los lavaderos. Los niños del administrador silbaban cuando pasaba, y se reían mucho viendo sus piernas, que parecían dos estaquitas secas, de esas que se parten con el calor, dando un chasquido. Al niño de la lavandera daban ganas de abrirle la cabeza pelada, como un melón-cepillo, a pedradas; la cabeza alargada y gris, con costurones, la cabeza idiota, que daba tanta rabia. Al niño de la lavandera un día le bañó su madre en el barreño, y le puso jabón en la cabeza rapada, cabeza-sandía, cabeza pedrusco, cabeza-cabezón-cabezota, que había que partírsela de una vez. Y la gorda le dio un beso en la monda lironda cabezorra, y allí donde el beso, a pedrada limpia le sacaron sangre los hijos del administrador, esperándole escondidos, detrás de las zarzamoras florecidas.

Comentario: (no es opinión, es análisis)

Tema: el mismo sitio por donde entra el amor entra la muerte. (Donde le besó la madre le sacaron sangre los hijos del administrador). Dicotomía de la vida.

Es una muestra del clasismo (diferencia social) que había en la época. En este cuento observamos como el niño sí es querido por su madre (al contrario que el niño que era amigo del demonio o el negrito de los ojos azules, entre otros), que le cuida y lo baña.
El objeto de burla, en este caso, es una realidad objetiva (pues se ríen del aspecto físico de madre e hijo) y la voz narrativa del cuento son los agresores (hijos del administrador).

Kisses,

Myn

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