Es una novela muy corta pero intensa. Tiene escenas explícitas de violación y maltrato, todo tristemente narrado desde la inocencia y la incultura, ya que se trata de una niña de doce años (catorce cuando acaba el libro) que no ha vivido nunca en una ciudad y que escasamente aprendió cuatro cosas en el colegio.

Me llegó mucho al corazón lo desgraciada que se siente y la tristeza con la que recuerda a su madre, su hermano y su cabrita Tali; por eso digo que es muy realista y que es muy dura de leer. 

Con este libro te percatas no sólo de la crueldad humana y el deseo de poder, sino también del peso de la esperanza y de las montañas que esta puede mover. Como siempre dicen, la fe es lo último que se pierde, por eso me alegro que Lakshmi nunca la perdiera... 

No habrá nota en este porque es un libro incategorizable, trata un tema que no se puede valorar con un número.