Entrevista Gabriel Cuerva autor de "Capitalismo" de Rigor Mortis

ENTREVISTA A GABRIEL 

CUERVA FERNÁNDEZ


  1. Para empezar, como no te conocemos mucho, nos gustaría que hicieses un resumen autobiográfico explicando quién eres, qué aspiraciones tienes en la vida, qué estudias, etc.

-A grandes rasgos se podría decir que soy un tío bastante normal, uno de esos que te cruzas por la calle y olvidas, sin más. Si bien es cierto, la mayoría de la gente que me conoce piensa que soy un tanto peculiar o tengo salidas de tono bastante curiosas. Lo cierto es que tengo una “gran vida interior”, como mi amiga Georgina diría.

Desde pequeño me he sentido un tanto diferente, así que la gente tenga esa visión de mí se me hace algo cotidiano. No es algo que me tome para mal. De hecho, mis rarezas me hacían un chico muy atento en la etapa escolar, con lo que no me costó demasiado sacarme los graduados básicos. Si es cierto que, al ser muy curioso, siempre se me dieron bastante bien todas las materias. Eso hizo que, al llegar a bachillerato, no tuviera una idea muy clara de hacia dónde “debía” ir.

De hecho, entré a la universidad sin saber muy bien lo que esperar. Escogí la carrera de Filología Inglesa porque se me daba bien el idioma y la otra opción por la que me debatía me hubiera hecho alejarme mucho de casa y de mi familia. Para mi sorpresa, resultó que el grado era muchísimo mejor de lo que me esperaba. Allí fue dónde me “encontré” de nuevo con la literatura como hobby. De niño leía cantidad de cuentos, pero fue algo que fui perdiendo al crecer. Una vez que me presentaron la literatura desde un punto de vista más pasional y enérgico, como un lugar de resistencia, me quedé prendado. El arte de contar historias es un don excepcional. Las historias tienen mucho poder, es algo que la mayoría de la gente no entiende. Cómo y cuándo cuentas un relato o una anécdota puede ayudar, enfadar, alegrar o animar a muchas personas. Si todo eso falla, simplemente entretener es una forma estupenda de pasar el tiempo. Así fue como empecé a escribir, por diversión. Cuando me di cuenta de que las palabras que entrelazaba no sólo quedaban relativamente bonitas sino que tenían sentido – que apuntaban en cierta dirección o buscaban proponer un tema a debatir – decidí mezclar diversión con crítica social. En ese momento, empecé a juguetear un poco con los conceptos que iba aprendiendo en clase y… Supongo que lo demás es historia.

  1. A continuación queremos centrarnos más en el tema de escribir. ¿Qué intención tenías cuando escribiste el relato? Háblanos de él, del proceso de publicación,...

-Pues, para ser sincero, ese relato es bastante especial para mí. Lo escribí el año pasado, después de haber recibido unas clases sobre el teatro radical británico o el teatro “In Yer Face” (en tu cara) que buscaba impactar de forma severa con conceptos y temas tabú en aquella época. La verdad es que la segunda mitad del siglo XX es una etapa muy curiosa. Recuerdo engancharme al teatro en esa clase al leer “Esperando a Godot” de Samuel Beckett.

Sin embargo, la obra que más influyó para crear “Capitalismo” es “La Vuelta a Casa” de Harold Pinter. En ella nos cuenta como un profesor de filosofía vuelve a casa de su padre para presentar a su mujer. No puedo contaros toda la historia pero la idea principal es que ellos se dedican, entre otras cosas, a prostituir mujeres y deciden utilizar a su mujer como reclamo principal. En esta obra se explora la sexualidad de forma muy interesante y se demuestra el relativo poder de la mujer en ese aspecto.

Aunque mi relato no trata exactamente de los mismos temas, sí que me inspiró para hablar de la sexualidad de forma espontánea y creativa. Quería utilizar el sexo como forma de unir temas que hoy en día van muy de la mano. En especial, la relación que éste guarda con la economía o el poder adquisitivo. Me parece que el dinero atrae sexualmente a cantidad de personas. No es de extrañar. En el sistema capitalista, ser rico significa simplemente ser el “macho alfa”. El dinero es poder, al igual que lo puede ser la fuerza física o la inteligencia. En mi relato destaco el papel del dinero en nuestra sociedad actual, pero también pongo en relevancia la frivolidad con la que la gente lo eleva hasta el punto de pensar que es algo que los va a hacer felices de verdad. Si algo tengo claro es que por mucho que el dinero me ayude a cumplir objetivos o a pasar un buen rato, mi meta es la felicidad, que en mi caso pasa por la autorrealización.

Puedo entender que para otras personas autorrealizarse signifique triunfar en la cúspide de la “cadena alimenticia” o tener algo bonito. Tampoco puedo juzgar a nadie en ese aspecto ni extrapolar mis puntos de vista al público general. Sin embargo, sí que siento, o sentía en ese instante, la necesidad de señalar que cuando perseguimos esa forma de autorrealización, conseguimos sacar la parte más animal de nuestro ser. Es por eso que el placer de lo prohibido y la corrupción tienen tanta presencia en mi relato. Una vez llegas ahí, si tu felicidad se basa en ganar, o lo que es más, ganar a los demás, es obvio que no te vas a contentar. Estos personajes, simples títeres que nos recuerdan al panorama actual, ya están arriba, por tanto ¿qué buscan? Buscan más. Si no pueden conseguirlo de forma honrada… Pues lo harán de forma deshonesta. ¿Presenta eso algún problema? Claro que no. Es más, el fetichismo impreso al hecho de hacer algo socialmente condenado, algo mal visto, es una de las maneras de imprimir más emoción – y por lo tanto satisfacción – a las vidas de estos personajes. Son personas que creen estar realizadas y que, al mismo tiempo, sienten como si les faltara algo. Con cada meta que se ponen esperan estar un poquito más cerca de la felicidad, sin embargo, una vez la consiguen, se dan cuenta de que esa satisfacción es efímera y vuelven a empezar. Ese círculo tiene como daños colaterales a la población base de nuestro país. Este relato es muy corto pero, para el lector atento, tiene muchísimos conceptos a rescatar. Podríamos estar hablando un par de horas de nuestro modelo socio-económico y de si interactúa positivamente con nuestra búsqueda de la felicidad. Eso es lo que buscaba con ese relato, un toque cómico – porque, francamente, la escena de sexo es un tanto esperpéntica – pero que nos regalara un punto de partida para ir algo más lejos. Para mí, la literatura es eso: entretenimiento, diversión y meditación.


  1. ¿Tienes entre mano algún proyecto más? ¿Quieres seguir en el mundo de la escritura?

-¡Por supuesto! “Capitalismo” es el primer relato de una serie de escenas teatrales e historias cortas que he llamado El Mundo en Escenas. Muchos de ellos tienen algo que ver o se cuentan de una forma muy parecida, pero se podría decir que son independientes. A grandes rasgos, busco expandir los propósitos comentados anteriormente mediante esta colección, lo que me da manga ancha para tocar más temas y repasar el panorama general con bastante libertad.

No voy a mentir, no todos son estupendos pero la verdad es que me encantaría verlos publicados. De hecho, en este momento estoy buscando una editorial que lleve a cabo el proyecto. Mi intención es seguir adelante y desarrollar mis habilidades como cuentacuentos. Las historias son todo lo que tenemos. Quizá, si logro mejorar y la palabra escrita alcanza aquellos lugares a los que mi voz no puede llegar, consiga cambiar algo de todo aquello que no me gusta.

  1. Para finalizar, como tu relato se publicó porque ganaste un premio queríamos saber cuál fue tu reacción al saber que estabas entre los mejores.

-¡Fue fantástico, casi ni me lo creía! Lo más gracioso es que casi entré de casualidad… quizá fue el destino, nunca lo sabremos. Para ser incluido en el conjunto de relatos habías de ser escogido por el jurado. De entre más de trescientos relatos, solamente diez podían ser publicados… Si te fijas bien, mi relato no tiene nada que ver con los otros. De hecho, no parece ni narrativa, es simplemente un dialogo, una escena teatral. Modestia aparte, considero que es una buena pieza literaria. Ahora bien, soy consciente de que no encajaba con el perfil estético que estaban buscando. El caso es que una chica había conseguido colar dos de sus historias en el top ten. ¡Debían ser realmente buenas! Para su desgracia y para mi suerte, la cara y cruz de una moneda, no tenía los derechos de publicación en regla. Seguramente los hubiese presentado a otro concurso o ya estarían publicados en otro lugar. Lógicamente, el concurso buscaba material completamente nuevo y la editorial decidió buscar dos relatos más. No tengo ni idea de si el otro autor y yo estábamos en decimoprimera y decimosegunda posición pero, sea como fuere, Verbum decidió que nosotros ocuparíamos su lugar. Fue así como conseguí que publicasen “Capitalismo” y doy gracias a ello ya que, para bien o para mal, me animó a acabar la colección de relatos y a intentar con todas mis fuerzas que vea la luz. 

Desde aquí darle de nuevo las gracias y hacerle saber que está invitado a colaborar con nosotras cuando desee. ¡Esperamos que os haya gustado!

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