Estoy alrededor de la página 100, y aunque no es una lectura típica dentro de mi repertorio, no se me hace pesada y paso las páginas con avidez. Me resulta curiosa la forma en que la autora escribe con los diálogos sin guion, dentro de un relato que mezcla reflexión y pensamiento con el mundo exterior, proporcionando una sensación de profundidad; siento que me encuentro con los recuerdos de unos adolescentes están rememorando y compartiendo en una conversación con el público.
¡Pronto estaré de vuelta con la reseña!
Nos leemos, Nym.