La idea de esta novela, a pesar de estar basada en un cuento preexistente, es increíblemente original y maravillosamente bien construida. No sigue las normas típicas de cualquier novela de fantasía sino que cruza los límites (que nunca se delimitaron en primer lugar). Creo que el mundo que Alexandra crea esta bien formado y tiene todos los detalles pensados, aunque lo que más le ha sumado a esto es la magnífica forma de relatarlo y describirlo la autora.

Los personajes, tanto protagonistas como secundarios, tienen una personalidad clara y también atípica, para nada cliché aunque es normal que la relación entre ellos siga el patrón. Pero, como he dicho, al tener personalidades tan exuberantes no se hace aburrido. Al principio no me gustaba Lira en absoluto, nuestras formas de ser chocan demasiado, pero al final ha resultado ser una buena protagonista para mí.

El personaje que más me ha gustado, a parte de Elian, que tiene un atractivo interior tanto como exterior, ha sido Madrid, por su amabilidad hacia Lira pero también por saber mostrar sus armas cuando hace falta. Igual que Kye, con su tono burlón y actitud galante. Dos personajes con una relación muy entrañable.

No sabría decir porque pero al principio el libro no me acababa de hacer el peso, no es que no me gustara pero no me sentía atraída del todo a sus paginas. Más adelante esto cambió. No consiguió engancharme como tal hasta que estuvimos en el enredo más enredado que podáis imaginar, ahí si necesitaba físicamente seguir leyendo.

No obstante, esto no quiere decir que no merezca la pena porque tiene una trama muy bien elaborada y pensada y aunque el final sea de esperar, te hace sufrir y durar del desenlace durante un buen trecho. La conclusión del relato me parece totalmente acertada, siempre deja a todx lectorx esa curiosidad por saciar, pero no me lo imagino de cualquier otro modo.