Escribir es, principalmente, un ejercicio de conciliación conmigo misma. Me ayuda a conocerme mejor y a enfrentarme con más entereza al mundo que me rodea. Escribir forma parte de mí, de lo que soy, y si no lo hiciera la percepción que tengo de mí misma se vería afectada y mi identidad, diluida. Cuando empecé con esto ni siquiera sabía por qué lo hacía y, por supuesto, nunca pensé que tendría la oportunidad de publicar mis escritos. Escribía sin pretensiones, únicamente porque lo necesitaba. 

Trabajar con una editorial que cuida tanto los textos y a sus autores es un lujo. Es imposible que la belleza del mundo editorial te pase inadvertida cuando te rodeas de un equipo como el de Nocturna Ediciones. El consejo es que no lo enfoquen como una meta. Una editorial debe ser un medio para un escritor, no un fin en sí mismo. El mundo editorial es complejo y las editoriales grandes o medianamente grandes están repletas de matices. Y cada autor tiene sus preferencias. Hay casos de autores a los que se les ha presentado la oportunidad de publicar con un sello de un calibre elevado y lo han rechazado porque lo que les ofrecía una editorial más pequeña se ajustaba más a sus necesidades en ese momento. 

Surgió a raíz de una serie de viajes que hice, principalmente Roma y Hong Kong. Fueron dos ciudades que me cautivaron aunque no podrían ser más distintas. Las visité con apenas unos meses de diferencia y ese contraste despertó en mí las ganas de escribir la historia que al final acabó siendo Arena Roja. 

Sí, además de la fantasía y la ciencia ficción pretendo explorar la ficción histórica, la realista de época y la realista contemporánea. 

Es compatible siempre y cuando esas dos sean tus mayores prioridades. Puedes dedicar a hacer una cosa por la mañana y otra por la tarde, o alternar días. El problema llega cuando aparecen otras aficiones u obligaciones. 

Si os referís a Arena Roja (supongo que sí porque es la que se ha mencionado en una pregunta anterior) lo que más destacaría es el planteamiento futurista del mundo y los dilemas éticos de la protagonista. Es una novela a la que le tengo mucho cariño por ser la única que, hasta la fecha, escribí usando un narrador en primera persona. Eso hace que vivas la trama con más intensidad. 

El título original era Arena Negra y el de su segunda parte era Arena Roja, y al final los invertí por recomendación de la editorial.