Una novela intrigante, con mucha documentación detrás y un excelente trabajo en cuanto a pluma. Me ha encantado, ojalá todos los libros de misterio tratasen el tema con tanta pasión, con un romance llevadero y un trasfondo histórico de tal nivel. 

Creo que Eva se ha vuelto la referente que todxs lxs escritorxs queremos tener. Posee la paciencia infinita de la que tiene que jactarse alguien que escribe este género, un vocabulario fino y unas descripciones detalladas que te hacen aprender pero no aburrirte.

La admiro, ha hecho un genial trabajo con la trama -dejando, supongo, los pocos cabos sueltos que ayudan a propiciar una segunda entrega- y los personajes. El funcionamiento de las instituciones, el comportamiento de la gente en ellas, todo el folklore Vasco... No son más que detalles que han vestido una historia que se cuenta por sí sola, que todo el mundo debería leer. 

Unai ha sido santo de mi devoción desde el primer capítulo; sin embargo, es el personaje del abuelo el que más me ha hecho sonreír -con sus comentarios y acciones- y, en última instancia, llorar. Me recordaba mucho al mío así que supongo que en eso Eva también lo ha clavado. Ha conseguido bajar las personalidades al terreno mundano, tangible. 

Estíbaliz y Alba también destacan por su cercanía al inspector Ayala. A ellas no las he podido conocer con tanta profundidad, lógicamente, y quizás es por eso que tampoco me han dejado una huella excesivamente marcada. Lo que sí me ha resultado agradable es ver a las mujeres en el cuerpo de policía y, más importante aún, ver a una en el cargo de superior.

Inició de thriller trepidante, misterioso y con unos giros de escándalo. Mucho trasfondo histórico, cultura vasca, y personajes humanos. Podría tomarse como autoconclusivo, no obstante, lxs lectorxs más atentxs sabrán que quedaron algunos detalles por ultimar.