La niña tenía la cara oscura y los ojos como endrinas. La niña llevaba el cabello partido en dos mechones, trenzados a cada lado de la cara. Todos los días iba a la escuela, con su cuaderno lleno de letras y la manzana brillante de la merienda. Pero las niñas de la escuela le decían: «Niña fea»; y no le daban la mano, ni se querían poner a su lado, ni en la rueda ni en la comba: «Tú vete, niña fea». La niña fea se comía su manzana, mirándolas desde lejos, desde las acacias, junto a los rosales silvestres, las abejas de oro, las hormigas malignas y la tierra caliente de sol. Allí nadie le decía: «Vete». Un día, la tierra le dijo: «Tú tienes mi color». A la niña le pusieron flores de espino en la cabeza, flores de trapo y de papel rizado en la boca, cintas azules y moradas en las muñecas. Era muy tarde, y todos dijeron: «Qué bonita es». Pero ella se fue a su color caliente, al aroma escondido, al dulce escondite donde se juega con las sombras alargadas de los árboles, flores no nacidas y semillas de girasol.
COMENTARIO (no es opinión, es análisis):
Estos cuentos tratan sobre la postguerra y están escritos por Ana María Matute. Hacen críticas a la Guerra Civil Española (que aconteció a la muerte de muchísimas personas).
Observamos en este relato que una niña (de tez morena, ojos azul oscuro, con el pelo trenzado) asiste al colegio (únicamente de chicas) y es marginada. La dejan de lado llamándola 'niña fea' y la obligan a aislarse en un rincón, en el cual halla compasión por parte de la naturaleza (representada a través de sinécdoques -parte por el todo- que hacen referencia a las abejas, rosales, hormigas y la tierra).
La manzana supone un vínculo entre la sociedad (porque la niña la trae de su casa) y la naturaleza (porque procede de un árbol).
La muerte es el estado ideal (donde ella no va a sufrir más) y es alcanzado con ayuda de la naturaleza. Es causada por la maldad humana que juzga subjetivamente un aspecto de esta criatura (realmente no se sabe si es fea o guapa). Un subtema podría ser 'el valor que adquieren las personas/las cosas cuando uno fallece', como parte de la hipocresía.
Kisses,
Myn
