Es un libro duro, amargo y taciturno. Al principio no me enganchó la historia, la protagonista realmente conseguía contagiarte su desesperación y ansiedad, por lo que era difícil digerir la lectura.
Además he de añadir que leerlo es entrar en una vorágine espesa, de dudas inciertas, ya que la protagonista expresa su sufrimiento siendo poco crítica con la situación y algunas de sus actitudes pasadas. Esto, por supuesto, forma parte del proceso de desarrollo del personaje, puesto que, conforme avanzan los capítulos, se propone metas e intenta seguir los consejos de terapia. Intenta esforzarse, salir adelante en su nueva vida, y darse cuenta de los errores que la conducen a las antiguas dinámicas.
Quizás ese sea el punto más fuerte hasta ahora, la evolución personal real que muestra Charlie. Es un proceso lento, arduo y con sus recaídas, por lo que al final se llegan a comprender algunas de sus estrategias de supervivencia. Ojalá el final del libro contenga un mensaje esperanzador, porque sería un alivio hacer saber a la gente que se puede salir.
Kisses,
Myn