Al principio me enganchó la trama por su alternancia de capítulos (uno narrado por Sofía y otro por Héctor) así como la perspectiva de leer sobre una historia adulta. Conforme fui avanzando se me antojó un poco repetitiva -daban vueltas sobre el mismo debate constantemente y no sucedía nada trascendente- y aburrida. 

Finalmente, no puedo decir que no me haya gustado o entretenido; sin embargo, no puedo tampoco mentir y decir que ha sido todo un descubrimiento. Es una novela romántica adulta normal, con una historia de amor real y unos personajes humanos. 

Plantea el engaño desde una perspectiva bonita -sin justificar que está mal- y con expectativas de futuro, no sólo por una atracción momentánea y sexual. Esto, por supuesto, no lo hace menos grave -un engaño está mal siempre- pero ayuda a ver o entender cuáles son las posibilidades de cometer este fatal error y cómo poder evitarlo antes de que suceda (invita a la reflexión sobre las relaciones, a excavar en los problemas y a solucionarlos de raíz). 

En general, está bien y es recomendable. La prosa es ligera y bonita, la historia entretiene y, aunque el final me aguó un poco el libro -pues fue como retroceder hasta la página uno en la evolución de personajes- fue lo más realista posible. 

Todos me gustaron más o menos al mismo nivel; sin embargo, me declaro fan absoluta de Abel y Sofía. ¡Esxs sí que combinan bien juntxs!

En cuanto a la historia de Oliver, en algún punto me pareció más interesante que la de la propia protagonista. Si algún día llego a continuar con la segunda parte igual es por este último personaje. 

Héctor... Un mundo a parte. No llegué a empatizar mucho con él al principio, me pareció alguien soso que parecía contradecirse con palabras y actos. Si no hubiésemos tenido sus palabras escritas creo que jamás había llegado a creer que quería a Sofía porque realmente parecía que estaba jugando a la ruleta con sus sentimientos. 

En fin, un drama. XD

Una novela romántica adulta con engaños y desamores que requiere tomar mucha filosofía.