Creo que este no es un libro fácil de reseñar ni del que opinar, puesto que es más como una autoreflexión del protagonista que te lleva a reflexionar a ti también, con tus propias experiencias.

No tengo mucho que decir sobre la idea, quiero decir, refleja la vida pura y dura que podría haberle pasado a cualquiera (cada uno con sus circunstancias), aunque la manera de contarla de Albert hace que se vea poética e incluso mágica, especial.

Los personajes son únicos y con ese deje que pocas personas tienen y que te acaban impregnando de su realismo mágico. Si alguna vez habéis conocido a una persona así, creo que me entenderéis, y entenderéis a la perfección este libro, porque cada personaje marca al protagonista de una manera que le cambia y le hace evolucionar.

Pienso que la historia es muy peculiar y particular, como todo el libro en si, pero como ya he dicho, es muy realista y no esconde la verdad... solo es una versión edulcorada con palabras bonitas. Y estas palabras y frases, hacen que fácilmente uno se vea en ellas porque se pueden aplicar a mil situaciones que a veces encajan con las tuyas. 

Quiero destacar que, a pesar de que se ha criticado el uso de puntos suspensivos en la novela, a mi realmente me ha parecido lo que acaba de redondear la obra. Porque esta entrega es el pensamiento de alguien, en voz alta, y lo hace más personal y cercano. Muy entrañable.