Primeras impresiones Siembra en verde - José María Hernández Mena
Es un libro de psicología divulgativa, que expone conceptos con sencillez y claridad, que también podría clasificarse como autoayuda o como coaching para mejora de unx mismx.
Cada capítulo nos muestra enseñanzas prácticas, con ejemplos metafóricos y de fácil comprensión, para tomar consciencia de nuestro presente y adquirir herramientas o consejos para conseguir nuestra mejor versión. Uno de los que me gustó especialmente, fue el de la caja de herramientas; este ejemplo teje un símil entre objetos de taller (como un destornillador, una sierra, una llave inglesa...) y aprendizajes o experiencias que almacenamos en el cerebro, de forma que cuando tengamos un problema deberemos sacar la herramienta o faceta que más se adhiera a la resolución de este (tomando consciencia, por tanto, de que no todas las herramientas valen para todos los percances).
Sin embargo, pese a que es una lectura amena y agradable, con la que aprender de forma didáctica y entretenida, no se debe dejar engañar por el positivismo extremo ni caer en que la actitud lo es todo en la vida. No digo que el autor tenga esta intención, por supuesto, no obstante, se entrevé ligeramente en el discurso una idea recurrente de que la salud mental es cuestión y fruto de unas cuantas reflexiones; me recuerda un poco a alguna entrevista que he visto de Marian Rojas Estapé, quien promueve el tema de las personas vitamina y todo ese mensaje disimulado de "si quieres, puedes".
Más que nada porque dentro de la salud mental también hay componentes que no podemos controlar, como la genética (véase en la heredabilidad que tienen trastornos como la Bipolaridad o la Esquizofrenia) o el azar (los acontecimientos traumáticos que sacuden violentamente nuestra vida sin que, muchas veces, podamos hacer algo al respecto). Con estos comentarios no deseo que caiga tierra sobre la lectura, porque me parece que es explicativa y un posible buen inicio de cara a interesarse por la psicología, pero sí que dejo un pequeño aviso que para que no divaguemos hacia la ilusión y creamos que si las cosas no nos van bien es culpa nuestra (por la actitud, por no tener una mente abierta, por no trabajar suficientemente en ello, etc.); tampoco mi ánimo es alentar al conformismo ni a echarle la culpa al universo, a la suerte o al destino. Pero sí quedarnos en un equilibrio sano y racional que nos permita mejorar en nosotros mismos mediante el trabajo individual, terapéutico o familiar sin llevarnos a la extenuación o la desesperación cuando algo no va como queremos que vaya pese a que "hemos seguido todos los pasos" o "he puesto todo mi empeño y esfuerzo", ya que la vida da muchas vueltas y no siempre, en cuestiones tan multifactoriales, 2 + 2 es 4.
Dicho esto, proseguiré con la lectura :)
Kisses,
@mcccace
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